El otro día os hablaba de mi obsesión por las casas de montaña, el olor a leña, los jerseys de lana, la madera y sobretodo el aire bien puro. Me encanta poder desconectar de vez en cuando y poder ir a esquiar con toda la familia.
Lo último en decoración es el cuadro tartán. Los vereís en grandes cojines coronando sencillos sofás, en mantas a los pies de las camas, como alfombras, tapizando butacas antiguas o lo mejor de todo… en las paredes!
Os dejo parte de la inspiración escocesa de la que os hablo, que nos translada a los castillos de los antiguos Lords, ya me los imagino, con esa elegancia y fumando pipa.
Se puede poner como papel estampado a cuadros o entelado, dependiendo de la estancia que se quiera decorar. Recuerdo la casa de montaña del abuelo de mi marido con las paredes del salón con tela de cuadros y con muebles de diseño años 50, realmente única y elegante!
Los cuadros en tonos grises son muy acertados, me encantan también para decorar la habitación de los niños en una casa en la montaña, con camas de hierro forjado y muebles de madera sin tratar…. mmmm qué barato es soñar!
Os dejo soñando mientras intentamos pasar una semana rápidita para escaparnos (si podemos) a respirar un aíre más puro que el de la ciudad. Ánimo chicas, que ya no queda nada para el fin de semana… por cierto, si te perdiste el post de la casa de montaña de Aerin Lauder de Aspen entra aquí y disfruta!